El IVA es un impuesto que te cobran por el consumo de productos y servicios. Se le llama así porque se le “agrega al valor”. Por ejemplo, si tú vendes $100, a tú cliente le debes “agregar” un 16% extra por haberte comprado, o sea, $16, quedando un total de:

Subtotal (tu venta) $100

(+) IVA (agregado a tu venta) $16

(=) Total: $116

Esos $16 no son tuyos, sino que al final del mes los deberás pagar al SAT. Sin embargo, tienes posibilidad de “restar” ese IVA que te llegó de tu venta con el IVA de tus compras. Por ende, el IVA funciona de la siguiente manera:

IVA Trasladado (el de tus ventas)

(-) IVA Acreditable (el de tus compras)

(=) IVA por pagar / a favor del mes

No todas tus compras (IVA acreditable) son válidas para “disminuir” tu IVA trasladado (el de tus ventas), por lo que debes consultar a tu contador acerca de qué sí es válido y qué no, dependiendo de tu actividad económica.